jueves, 26 de marzo de 2009

HIJOS !


Recuerdo como si fuera hoy, el día en que decidí que ya era tiempo de traer hijos a este mundo.
Fue el 24 de febrero de 1995, cuando solo en mi hogar, recostado frente al ventilador disfrutando de los tres goles del rojo a Argentinos Juniors en “Fútbol de Primera”, comprobé dolorosamente que si quería un vaso de Seven Up helada, tendría que levantarme y servírmelo yo.Fue un momento mágico, en el que algo hizo click en mi cerebro. Mientras cerraba la puerta de la heladera, la idea iba tomando forma definitiva. Allí comenzó a engendrarse verdaderamente Anita Clara., que nacería nueve meses y pocos días después.

Los primeros meses de vida, Ana no estuvo en condiciones de asumir el rol para el cual fue concebida, pero el esforzado adiestramiento que procuré brindarle, dio frutos rápidamente. Aún puedo sentir la emoción del primer día en el que al decirle - Ani, traele el diario a papi – fue gateando como el más dulce de los perritos hasta la silla de la cocina y se asomó a la puerta de la habitación con el Clarín en una de sus manitos. ¡Cuanta felicidad pueden darle los hijos a uno!

Tiempo después, logré perfeccionar la comunicación hasta construir una casi perfecta red de señas y sonidos en clave, que me permitían pedirle cualquier cosa realizando el mínimo esfuerzo, moviendo apenas los dedos o golpeando de determinada manera las palmas de las manos. Ella aprendió a la perfección, que dos palmadas era algo frío, tres palmadas cortas y una larga era alcanzarme el control remoto, dos cortas, una larga y otra corta un sandwich tostado de jamón y queso con tomate, pimienta y orégano y un poquito de mayonesa, y así...

Los problemas comenzaron a presentarse unos tres años después, cuando la madre de la niña empezó con los absurdos planteos de querer inscribir a mi chiquita en el jardín de infantes, lo que me dejaría durante cuatro horas diarias en absoluto estado de indefensión.Las mujeres tienen esas cosas, no te pueden ver cómodo, que ya empiezan a inventar cosas raras para complicar una existencia placentera.

¿Qué necesidad hay de llevar a una nena de tres o cuatro años a un jardín de infantes ?
Nadie pudo nunca, responder razonablemente esa pregunta.

Siempre sostuve que la escuela es un eslabón más, y no poco importante, de la maquinaria estupidizante y esclavizante de este sistema inhumano que nos toca sufrir y afirmo que el deber de un buen padre es combatir incansablemente contra las ridículas enseñanzas de la escuela en todos sus niveles. Ya que nuestros niños están obligados a ir a la escuela, que vayan lo menos posible y que sepan que lo aprendido es falso, tendencioso o directamente inventado.

Que sepan, por ejemplo, que si existió un Sargento Cabral que realmente salvó a un San Martín indefenso, dificilmente haya tenido la lucidez y la entereza, en medio del fragor de la batalla para decir “Muero contento hemos batido al enemigo”, y aún si las hubiera tenido, es más dificil todavía, que otro soldado se haya agachado a poner el oído en los labios del moribundo mientras realistas y criollos andaban bayoneta en mano clavando todo lo que se moviera.

Que sepan que viejo, enfermo, postrado por el reuma y asustado como estaba Galileo Galilei, suena muy extraño que haya osado decir “eppur si muove” a los jerarcas de la inquisición frente a los que se había disculpado segundos antes para salvar su vida. Si lo hubiera hecho, y alguien lo hubiera escuchado, seguramente no la iba a pasar muy bien, ya que en las salas inquisidoras de Roma, supongo, no se permitía el ingreso de la hinchada del reo.

Que sepan que hubo en esta patria un gran hijo de puta llamado Domingo Faustino Sarmiento que en su odio fanático pidió “No ahorrar sangre de gauchos”, convencido, como Hitler décadas después, de la existencia de una “raza superior”. Curiosamente, para cerrar el círculo, el Jefe de gobierno Mauricio Macri, ordenó en el año 2008, cantar el Himno a Sarmiento en cuanto acto escolar haya.

Y tantas otras barbaridades por el estilo...

Aprender que multiplicando Pi por radio al cuadrado obtenemos la superficie del círculo, es por lo menos, bastante más sano para la formación mental, aunque a esas edades nos parezca más inútil que saber quién creó la bandera.

Volviendo al tema que nos convoca, cuando Ana Clara comenzó el jardín de infantes, todo empezó a cambiar. Comenzaron las contestaciones fuera de lugar y las excusas. Hubo veces en que a pesar de estar durante horas haciendo señas y gritando, nadie acudía a mi llamado y todo se fue transformando lenta e irreversiblemente en un infierno.

Dejé de ver TV, dejé de beber y de comer galletitas con queso untable en la cama, dejé de atender los teléfonos y de leer y entré en un pozo depresivo del que creí que jamás podría salir, hasta que comprendí que en la vida, no se puede bajar los brazos sin dar batalla hasta el final. Decidí ser fiel al legado de mis antepasados, elevarme sobre las ruinas de mis huesos y reconstruir sin prisa pero sin pausa, mi voluntad y espíritu de sacrificio.

Así fue entonces, que decidí tener a Camilo, que nacería nueve meses y pocos días despues...



1 comentario:

  1. juajuajaujaujaujauajua me hciste reir negro !!! que bueno !!!

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